Estamos aquí ante un poemario escrito en una voz dual y no sólo porque esté escrito por dos poetas. Dual también porque todo él indaga en una realidad que se presenta doble, múltiple: cuerpos normativos/disidentes; paraíso/infierno. Y las dos voces que nos hablan desde este libro buscan, de maneras distintas, el mismo paraíso que, en justicia, tiene que abrirse también para aquellos que se han escapado de la norma. Por eso, otra dualidad, a pesar del reflejo del dolor, de la desesperación, de la injusticia vivida, que sigue ahí agazapada, y que todavía tiene poder para dolernos; a pesar de eso, los versos nos quieren atar también a la esperanza que lleva aparejado todo futuro. Son poemas vinculados a lo vivido. Lo vivido por nosotras ahora, pero también por quienes nos precedieron y cuya memoria es la base de nuestro presente. En esa experiencia del pasado, de la memoria colectiva, se construye el deseo de un porvenir más justo. Piedras, sangre, dolor, barro, mundo brutal…¿es eso un paraíso? Es anhelo de justicia, que nos lleva donde haya que ir en pos de ese lugar de paz que se niega en este mundo a quienes habitamos las disidencias. Cada verso del poemario nos habla de dolor. No hay nada que no sea dolor, ni una gota de lluvia, pero también no hay nada que deje de reflejar la esperanza. 
(Beatriz Gimeno)
 
Un libro para celebrar la diversidad. El primer poemario de temática LGTBI que publicamos y esperamos que o sea el único.